viernes, 18 de junio de 2010

Pecados menores de un periodista



¡Cuidado, que los periodistas son súper héroes con una doble y apasionante vida, llena de peligros, sobresaltos, aventura y muchas ganas de comerse... digo, salvar el mundo! Por desgracia, aunque algunos desprecien al héroe de la capa ondulante y al caracolillo inamovible comparándose por arriba del mismo, lo cierto es que estamos lejos de ser criaturas inmaculadas, áureas y perfectas, vamos, sin tacha.



¿Dónde van los malos periodistas? Buena pregunta, pero si tu imaginación no puede con ello siempre podremos recurrir al spot de una agencia de noticias sudamericana bastante divertido. Esperemos que no acabe ahí, si es que llego a pisar una redacción o un plató. Y bien ¿en qué se falla? Las famosas erratas -busca y encontrarás- de tipificar deprisa, a contracorriente, produciendo efectos curiosos, llamativos... ¿originales? Había incluso un blog dedicado exclusivamente a ello, ufff, sí que ha dado el tema.



Aparte de los errores en los periódicos están también aquellos errores del directo, quien no recuerda los "hay interferencias", "nos hemos equivocado de vídeo", las risas que se escapan, los micrófonos peleones, las caídas inoportunas, las preguntas indiscretas, los silencios incómodos, los cámaras traviesos, y podríamos continuar.



Pero es que además existen los falsos periodistas que publican invenciones como verdaderas. Novelistas intrépidos que han colado historias. Historias que han llegado a conmover a muchísima gente. Y no hablo de noticias coladas por humor, como el titular de "Los defensores de la teoría de la conspiración convencen a Neil Armstrong de que nunca estuvo en la Luna", sino de otras como, por ejemplo, el caso del periodista colombiano que inventaba noticias para "embellecer" los crímenes, llamativos donde los haya.



Estoy hablando de falsos periodistas con falsas fuentes y con falsas intenciones, movidos sólo por lucrarse casi a cara descubierta, protegidos por una necedad tremenda. Casos como el de Jayson Blair. Casos como el de periodista chino que inventó que los bollos estaban rellenos de cartón en vez de carne.O como el de Antonio Aruquipa Zenteno, "periodista" que ya ni eso es. Otro caso más reciente, salido ya mismo es el de Tommasso Debenedetti, el flautista de Hamelin que embaucó a toda Italia e incluso más allá a creer sus entrevistas imaginarias. Descrédito y bochorno.


Otro caso, éste más frívolo, es el de la exclusiva del contrato matrimonial de Beyoncé, Ingo Mocek ponía en la boca de la cantante declaraciones sobre el presunto contrato matrimonial como el escritor lo hace en sus personajes. Muy bien en una novela, un género que nos pone en sobre aviso de que lo que se lee NO es REAL, pero la noticia -en principio- busca la objetividad en lo posible, dentro de los márgenes humanos. Hay más aún.







En fin, está bien tomárnoslo con humor, pero hay errores y bulos que se difunden con demasiada facilidad. Tengámoslo también en cuenta.

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